La clave del éxito está en nuestras manos
A lo largo de mis 23 años con diabetes, he vivido muchas cosas, muchas relacionadas con la diabetes y otras no.
Más de lo que hoy puedo estar segura es que me siento feliz de ver como en estos 23 años he logrado manejar mi diabetes, he aprendido a conocerla y lo más importante he estado y continúo sana cada día.
Muchas veces las personas tanto las que tienen diabetes como las que no me consultan que se puede hacer para mantenerse controlado a pesar de los imprevistos.
Siempre que me hacen esta consulta pienso acerca de como cuando fui recién diagnosticada en Costa Rica, aún no habían glucometros disponibles, tan solo habían unas tiras a las cuales uno le ponía la sangre y estas cambiaban de color, fuera verde, amarillo o rojo, mas esto no era muy exacto pues por ejemplo el verde era si uno estaba entre 60 y 130, el amarillo de 140 a 250 y el rojo de 255 para arriba, algo así era y pues creo que todos podemos estar de acuerdo en que nunca va a ser lo mismo estar en 60 que en 120, o estar en 140 que en 250.
Recuerdo ir a la enfermería del colegio pues no me permitían hacerme el examen sola y ver a la enfermera decirme "creo que estás bien, anda comete algo," y pues claro que iba feliz a comer sin pensar que algo estuviera mal.
La gran sorpresa vino cuando un tío viajo a Estados Unidos y me compró mi primer glucometro, esto fue algo totalmente innovador, recuerdo ver aquel aparatito y pensar "wow, como es que esto sabe exactamente en cuanto estoy, esto es una locura," también recuerdo tener una gran curiosidad de cual sería el famoso número que tanto habíamos estado esperando por conocer y para sorpresa de todos,mi primer medición decía 452.
Mi pobre mamá no sabía ni que hacer y yo al verla preocupada pues me asusté junto con ella, pues nunca creí que iba a decir eso, a la mañana siguiente mi lectura en ayunas decía "Hi" y no entendíamos por que, pues habíamos hecho lo que normalmente hacíamos cada día, pero claramente lo que estaba comiendo no me hacia bien, o lo que me estaba inyectando no era suficiente, pero hasta ese día no había tenido forma de saberlo.
Recuerdo llorar amargamente abrazada de mi mamá, pero ella como la excelente mamá que es, me dijo que no me preocupara que de ahora en adelante íbamos a saber que hacer y que no había motivo por el cual estar atemorizada. Al día de hoy, doy gracias por esas palabras de mi mamá, pues me hicieron entender que había algo que yo podía hacer por mí, por mi propio cuerpo y por mi salud.
A partir de ese día puedo decir que mi vida cambio para bien, empecé a conocer mi cuerpo, empecé a ver como lo que hacía y comía afectaba mis niveles, por primera vez en mi vida con diabetes tipo 1, me sentí confiada y en control, de la mano con mi doctor, quien ha sido siempre un gran aliado, aprendí a entender que era lo que mi cuerpo necesitaba para estar sano.
Literalmente la clave para cuidar nuestro cuerpo está en nuestras manos, si nos medimos regularmente, sin importar si tenemos diabetes tipo 1 o 2, en ambos casos debe de hacerse, vamos a tener la posibilidad de saber si lo que estamos haciendo nos favorece o no.
Por otro lado, el conocer nuestros niveles diarios, nos permite hacer las consultas pertinentes a nuestros médicos en caso de tenerlas, o nos permite saber si el tratamiento que estamos llevando está dando resultados.
Genuinamente, "el conocimiento es poder," y en nuestro caso el conocimiento nos da salud.
Vivir con diabetes, no debe de ser algo que nos haga sentir impotentes, o "perdidos" nuestro cuerpo tiene la respuesta correcta, solo hay que buscarla, es por esto que es importante que nos midamos mínimo tres veces por día y si está en sus posibilidades, las veces que sean necesarias para que logre entender lo que le está sucediendo a su cuerpo diariamente.
No le tema a su cuerpo, más bien conozcalo, y aplique lo que le da para su bien estar.
